Escucho los golpes de la
batería y desciendo. Muevo los brazos y veo todo rosado, a excepción de él, a
él todavía no lo veo, no es hora. El volumen aumenta y ya casi me pierdo entre
la gente, ahora todo es verde. Todos se me acercan y bailan, ahora todo es
negro. Sigo escuchando la batería una y otra vez, más fuerte, se mueve el piso
al compás de la música, al igual que mis oídos todo retumba. Tengo un vestido,
navego entre la multitud, la presión sube, llego al final y te veo. El padre
está ahí, tú también, falto yo, ¿Acepto?
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